¿Qué pueden hacer vuestros hijos en verano?
Las vacaciones de verano son una muy buena oportunidad para que los niños, niñas y adolescentes adquieran nuevas responsabilidades y crezcan en un ambiente más relajado. ¿Quién dijo que haciendo cabañas no se aprendía?
Es natural, como padres y madres, agobiarse un poco cuando los tres meses de vacaciones escolares llegan. ¿Cómo llenar esas semanas mientras seguimos con nuestra rutina de trabajo? No sé trata de llenar, sino de encontrar otra forma de vivir; es decir, nuevas rutinas y actividades. La adaptación juega un papel fundamental durante estos meses. Los padres, a veces, deben hacer malabarismos para conseguir una adecuada conciliación familiar; y los hijos e hijas, deben ser flexibles a nuevos horarios.
Y entonces… ¿qué podemos hacer en verano?
Participar en campamentos de cualquier tipo
Deportivos, lingüísticos, lúdicos, científicos, etc. En general, en nuestro país, es fácil encontrar un campamento que se adecue a los intereses de nuestros hijos y al bolsillo de los padres. Algunos de ellos siguen un horario muy parecido al del colegio, siendo una muy buena opción tanto para los padres como para los hijos e hijas. Otras experiencias dan la oportunidad a los niños y jóvenes a dormir fuera de casa durante unos cuantos días o semanas. Para decidirse por una opción u otra, consideraremos la edad del niño y el interés personal y familiar. Las ventajas de estas experiencias son enormes:
- Habilidades sociales y comunicativas: A través de nuevas amistades y la relación con sus referentes educativos (ajenos a sus profesores habituales).
- Primeras independencias: Salir de casa, dormir fuera, hacer excursiones, echar de menos a la familia, llorar y reír…
- Indudable adaptación: Nuevo contexto, sitio y personas a las que se deben descubrir y conocer, adaptándose a la dinámica del campamento.
- Resolución de conflictos: al tener más tiempo lúdico y hacer más juegos y dinámicas, es probable que surjan más disconformidades. Por tanto, tendrán que aprender a escucharse y a perdonarse.
Participar en las tareas del hogar
Desde pequeños debemos enseñar a nuestros hijos a valorar el esfuerzo que comporta hacer todas las tareas del hogar. Verano es una gran oportunidad para hacer partícipes a los niños y chicos de la limpieza y la cocina. A continuación, os damos algunos ejemplos orientativos de lo que pueden hacer dependiendo de su edad.
- 3-5 años: Regar las plantas, alimentar a las mascotas, ordenar los juguetes, recoger los cubiertos y platos, doblar la ropa, vestirse solo.
- 6-8 años: Hacer las camas, preparar pequeñas comidas (bocadillos, decoración de pasteles, etc), poner la mesa.
- 9-11 años: Llenar el lavaplatos, ayudar en la cocina, barrer y fregar, limpiar cristales y sacar el polvo.
- +12 años: Ir al supermercado, cocinar platos más elaborados, sacar la basura, participar activamente en toda la limpieza de la casa, aprender a poner lavadoras y tender la ropa.
Tiempo con la familia, excursiones o viajes
Verano es un buen momento para hacer pequeñas excursiones y viajes. Pasar un día en familia en la montaña, ir a un concierto o bañarse a la playa. Desde pequeños pueden y deben participar en las pequeñas decisiones que comportan estas excursiones. Esto no significa que ellos decidan siempre lo que quieren hacer; se trata de encontrar un equilibrio y escuchar su opinión: ¿hacer un picnic o cocinar en casa? ¿Ir en bici o pasear? Además, pueden ayudar en la organización de viajes, buscar sitios a visitar, aprender de la historia y cultura del lugar, etc.
En definitiva, el verano son unos meses que se deben aprovechar bien, pueden influenciar en gran medida el desarrollo y crecimiento de nuestros hijos e hijas. No ir a la escuela no significa no aprender. ¿Así pues, cuáles son los retos de vuestro verano?