La relación entre dislexia y baja autoestima
¿Qué es la dislexia?
La dislexia se engloba dentro de los trastornos específicos de aprendizaje, se trata de una alteración del neurodesarrollo, causada por factores biológicos y no por factores emocionales o familiares. Esta condición afecta la comunicación oral, la lectura y a escritura, y como consecuencia a la autoestima de la persona.
Es posible que una persona con dislexia presente:
- Dificultad para retener la información (memoria de trabajo afectada)
- Necesidad de que la información sea muy clara, siendo un mayor reto para ellos la existencia de datos concretos y específicos, les dificulta la comprensión global.
- Suelen evitar tareas que implican leer, cansándose con facilidad y presentando lentitud.
- Su redacción, organización y estructuración de textos se encuentra afectada, les falta cohesión entre sus pensamientos/ideas y su posterior exposición.
- Suelen hacer cambios en el léxico, confundiendo palabras y faltándoles vocabulario.
- Realizan numerosas faltas ortográficas, sustituciones, inversiones, omisiones y pocos signos de puntuación.
No obstante, la dislexia no solo afecta en los procesos de lectoescritura, sino también en la vida diaria. Son alumnos que, a pesar de que su inteligencia esté preservada, tienen que hacer un esfuerzo doble para adaptarse al sistema educativo habitual, sintiéndose frustrados al ver sus resultados académicos. En ocasiones se sienten inferiores a los demás, pueden considerar que no sirven para nada, y consecuentemente, la seguridad en ellos mismos y su motivación baja en picado.
Dislexia y autoestima
Por tanto, el alumnado con este trastorno del lenguaje experimenta a menudo problemas emocionales. Estos empiezan cuando están en el proceso de adquirir la lectoescritura, se dan cuenta que hay una discrepancia entre su habilidad cognitiva (que está intacta) y su habilidad lectora. Es en este momento cuando empiezan a sentir frustración y su autoestima se ve afectada.
En general, los chicos y chicas con dislexia experimentan grandes variaciones: tienen mucho interés y curiosidad por saber y aprender, pero, puesto que la mayoría de contenido escolar se expone mediante letras, presentan dificultades en formalizar su conocimiento. Esto produce un efecto “roller coaster” (montaña rusa), ya que pueden conseguir realizar tareas muy complejas y mucho mejor que sus compañeros pero se sienten limitados y se enfrontan constantemente a la difícil labor de la lectura, la escritura y la expresión.
Aunque la dislexia no desaparezca, se recomiendan realizar reeducaciones psicopedagógicas. Estas deben englobar:
- Refuerzo de la lectoescritura y comprensión lectora
- Ayuda en la organización y estructuración del pensamiento
- Hincapié en la autoestima y seguridad personal
- Autoconocimiento y aprendizaje de los talentos y habilidades personales
Es absolutamente imposible que un alumno con dislexia mejore sin que haya un trabajo de autoconocimiento y aceptación detrás.
¿Qué podéis hacer los padres y madres?
- Ser un estímulo continuo y apoyar constantemente a vuestros hijos/hijas.
- Valorar su esfuerzo más allá del resultado académico. El progreso es mucho más importante que el producto.
- Estar atentos con el vocabulario que se utiliza delante de ellos. Palabras como “perezoso”, “menos hábil” “dificultoso”… les puede desmotivar.
- Ayudar en la organización escolar y establecer metas realistas y alcanzables, que hagan que vuestro hijo/a se sienta realizado, y por ende, se sienta capaz de nuevos retos.
- Necesitan que se reconozca su esfuerzo y ellos deben sentirse orgullosos por él. Por tanto, estar presentes en el momento de este reconocimiento del éxito personal es muy importante.
- Es realmente útil encontrar maneras de relacionar los intereses del niño con la vida real y compartir preocupaciones y alegrías.