Adaptación, (des)ajustes y comunicación del divorcio
El divorcio o la separación de los progenitores afecta a la dinámica familiar. Supone una especie de “duelo” en qué todos los miembros de la familia deben adaptarse a nuevas rutinas, costumbres y relaciones. A veces implica desajustes emocionales y conductuales.
La separación o el divorcio puede suceder por infinitos motivos y aunque durante un período determinado sea difícil de llevar, no tiene porque ser negativo a largo plazo. No obstante, para que este cambio pueda llegar a ser beneficioso para la familia, se debe llevar de forma adecuada.
El sentimiento y los (des)ajustes emocionales
Los niños y niñas se deben adaptar a una situación completamente nueva para ellos, ver que sus padres dejan de compartir el día a día y que su amor se divide.
A veces pueden sentirse culpables de esta ruptura, pueden sentirse presionados por el deseo de sus padres de empezar una nueva vida. Por esto, es natural que al inicio los niños puedan sentir miedo, ansiedad, tristeza o que se vea afectado tanto su rendimiento académico como la relación con sus iguales.
Para superar la ruptura, es necesario que los hijos/as cuenten con el amor incondicional de ambos, que vean que aunque estén separados los dos buscan la felicidad de sus hijos/as. Deben tener claro que el amor hacia ellos sigue siendo el mismo, aunque el amor entre los progenitores haya cambiado,
Medidas para una correcta adaptación
- Establecer una relación cordial y respetuosa entre los progenitores.
- Garantizar la implicación de ambos progenitores en la vida y educación del niño/a.
- Evitar una alteración de las rutinas cotidianas del hijo/a. Pero establecer y comunicar el calendario, horario de visitas o vacaciones.
- Evitar hablar negativamente del otro progenitor y reducir el resentimiento y la culpa.
- Normalizar la situación, sin hacer grandes dramas o preocuparlos en exceso.
- Estar siempre abiertos al diálogo y a resolver dudas.
- Ambos progenitores deben participar en la educación del hijo/a, acudir a las reuniones del colegio y realizar encuentros para hablar de su progreso o decisiones.
La comunicación de la noticia
Es importante comunicar y explicar siempre la decisión de la separación a los hijos. Es contraproducente esconder esta información. Tienen el derecho de saberlo, deben sentirse abiertos a preguntar y a hablar de la ruptura con naturalidad.
Por tal de disminuir culpas y confusiones, es recomendable que los dos miembros de la pareja comuniquen la noticia conjuntamente y que dejen claro que es una decisión definitiva, que rompe el vínculo de la pareja pero no la relación con los hijos/as.
Edad y madurez del niño/a en la comunicación
La comunicación del divorcio debe adaptarse a la edad y al grado de madurez del hijo/a. Además, dependiendo de estos factores, se recomienda comunicar la ruptura en diferentes momentos.
Para reducir la ansiedad y los nervios de los niños menores de 5 años, se recomienda comunicar la noticia en un plazo de dos días, tiempo suficiente para adaptarse al cambio.
De 6 a 10 años se recomienda comunicar la ruptura dos semanas antes de hacerla efectiva, para así dar tiempo a los niños/as a hacerse a la idea de la nueva situación.
A partir de los 11-12 años aproximadamente, debido a la madurez y capacidad de razonamiento que ya poseen, se recomienda dar la noticia un mes antes de dejar de vivir juntos, para así poder “despedirse” de la situación y llevar a cabo un duelo sin traumas.
No obstante, esto dependerá de la relación entre los progenitores, si esta es buena podremos seguir las pautas anteriores, ya que ayudará a reducir el sentimiento de culpa y beneficiará a los hijos/as. Estos verán que aunque sus padres ya no estén juntos, se valoran y respetan.
En el caso de que la relación entre los progenitores no sea la más adecuada, es recomendable que los hijos no lo perciban y no sean parte de conflictos y discusiones. Por esta razón, quizás será mejor reducir los plazos mencionados.